El sismólogo italiano Giampaolo Giuliani predijo que habría un terremoto importante en la zona de L´Aquila semanas antes del seísmo ocurrido en el centro del país, aunque fue denunciado a las autoridades por causar pánico en la población y se vio obligado a retirar sus conclusiones de internet. En marzo Giuliani empezó a alertar a la población de L´Aquila, montado en una furgoneta con altavoces, para que evacuaran sus casas por la inminencia de un terremoto, causando la ira del alcalde. Giuliani basó sus pronósticos en los aumentos de las concentraciones de gas radón en zonas sísmicamente activas. Sin embargo, Giuliani erró la fecha y la magnitud (había anunciado para el 29 de marzo un sismo "desastroso").
El terremoto tuvo lugar el 6 de abril 2009. Un fuerte seísmo de magnitud 5,8 en la escala de Richter sacudió a las 03.32 horas de la madrugada el centro de Italia y dejó en la región de Los Abruzos 308 muertos, más de 1.500 de heridos y 65.000 personas evacuadas de sus propias casas.
Hubo una víctima más: el patrimonio histórico-artístico. Toda la provincia sufrió la destrucción de muchos de sus edificios y monumentos de mayor valor cultural. Las principales iglesias de Los Abruzos, por ejemplo, se derrumban de un plumazo. Una catástrofe cultural, según los analistas, cuya reparación tendra un coste de 3.000 millones de euros.
La geofísica María José Jurado del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (CSIC) que trabaja en varios proyectos que tienen el objetivo de mejorar la predicción de terremotos. En su opinión, pese a que conoce a Giuliani y le considera un científico serio, la confirmación de sus augurios "es una coincidencia". "Todavía no hemos alcanzado el nivel científico para poder decir dónde y cuándo se va a producir un terremoto", asegura.
Para avanzar en la predicción de seísmos, los científicos están bajando a las profundidades de la Tierra para colocar sensores junto a las fallas que la hacen temblar. Así, pueden estudiar lo que sucede poco antes de un terremoto. Gracias a técnicas como ésta, se sabe que en la falla de San Andrés, en California, existe una acumulación de tensión que acabará con un gran seísmo. "Pero eso puede ser dentro de tres, cuatro años o bastante más", aclara Jurado.
Los investigadores comenzaron a investigar los efectos químicos de los terremotos después de ver una colonia de sapos que abandonaba su estanque en L'Aquila, Italia, en el 2009, días antes de un terremoto. Ese comportamiento se debió, según los científicos, a que fueron capaces de prever la catástrofe.
Investigadores de la Open University británica que realizaban un estudio sobre los efectos de los ciclos lunares en la reproducción de los sapos comunes (Bufo bufo) en el lago de San Ruffino observaron con sorpresa que el 96% de los sapos macho abandonaban repentinamente la zona, situada a 74 kilómetros de lo que cinco días después sería el epicentro del terremoto.
Tres días antes del temblor desaparecieron todas las parejas de sapos y no fueron hallados huevos frescos en ese lugar hasta después de la última réplica importante (de más de 4,5 grados de magnitud). "Fue una gran sorpresa", ha explicado la Dra Rachel Grant, autora principal del estudio, que se publica en la revista Journal of Zoology. Según Grant, el estudio es "uno de los primeros en documentar el comportamiento animal antes, durante y después de un terremoto", ya que hasta la fecha la mayoría de los informes sobre la capacidad de los animales de presentir seísmos son "anecdóticos"
El 21 de septiembre del 2011 los siete miembros que componen la Comisión italiana de Grandes Riesgos son procesados por la muerte de 309 personas en el terremoto que asoló L'Aquila el 6 de abril de 2009.
Un vídeo con las primeras imágnes que la televisión italiana hizo sobre el terremoto:
Poco elaborado, poca bibliografía, sin imágenes ni aportaciones tuyas. Lo positivo la relación con los temas que vamos a ver, que has puesto un vídeo sobre la catastrofe, y que has sido la primera en enviar tu aportación. La nota: 6
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