miércoles, 19 de enero de 2011

BIOCOMBUSTIBLES

Aportación de Cristina Harto y de Rocío Hidalgo sobre el mismo tema: los biocombustibles

¿Qué son las microalgas? Las microalgas son microorganismos muy eficientes utilizando la luz para transformar compuestos inorgánicos en azúcares simples. Destacan las microalgas para ser las primeras intercambiadoras de CO2 y 02 del planeta, las productoras primarias de biomasa más importantes y las más variables ecológicamente.
 Aunque la investigación en cultivos de microorganismos como fuente de combustibles se inició hace más de cinco décadas, no es hasta los 80 cuando se plantea como producción a gran escala.
 Hoy se están estudiando dos vías de actuación: la posibilidad de capturar CO2 generado en la industria y en el transporte, y la utilización de su biomasa como fuente alternativa de energía renovable, dada su facilidad de cultivo y su rápido crecimiento exponencial. Ambas vías son compatibles.
Experiencia Repsol, una industria petrolera, lleva empleando desde 2006 su tecnología para realizar investigaciones en su centro de tecnología, dentro del proyecto CENIT, demostrando que su producción en lípidos por unidad de superficie explotada es hasta 30 veces superior a la de oleaginosas más comunes como la colza o el girasol. A partir de este aceite se puede producir biodiésel.´
 Las ventajas de esta tecnología parecen contundentes: las algas tienen un alto rendimiento por superficie cultivada, bajos costes de producción y no compiten con productos alimentarios como otros cultivos energéticos. Además aprovechan las emisiones de CO2 de centrales térmicas o de otro tipo de industrias para el cultivo de las algas, convirtiendo un problema ambiental en materia prima para la producción de combustible.
Como se ha dicho se pueden aunar sus utilidades como captadores de CO2 y como biocombustible instalando cultivos a escala industrial en las instalaciones donde se produzca emisiones a la atmósfera, tanto en sistemas abiertos (estanques o canales) o en fotobiorreactores (de luz artificial), empleando siempre agua salina. ¿En qué consiste la técnica? Las algas necesitan tres componentes esenciales para su desarrollo: luz, anhídrido carbónico y agua. Algunas especies contienen un alto contenido en grasas, que resultan esenciales para la producción de aceite o biodiesel. Se cultivan en balsas, tubos o canales de escasa profundidad, para permitir una mayor iluminación. En su interior se mantiene un flujo y temperaturas constantes, y se inyecta CO2 y nutrientes. Una vez desarrolladas, se extraen de su medio de crecimiento mediante un adecuado proceso de separación y se extrae el aceite sin necesidad de secarlas de antemano. Los factores que controlan su crecimiento, como nutrientes o temperatura, deben estar monitoreados en todo momento y el enriquecimiento con CO2 posibilita la producción de aceites y acelera el desarrollo. Se ha avanzado en la intensificación de estos cultivos mediante la producción en invernaderos, o en los llamados fotobiorreactores, sistemas cerrados que permiten el control y monitoreo de los distintos factores de crecimiento.

¿NUEVA FUENTE DE BIOCOMBUSTIBLE SACRIFICANDO TIBURONES? Tal y como ha sido recientemente expresado en El Blog Verde, que siempre cuida el medio ambiente, ahora Groenlandia pretende utilizar la carne aceitosa de los tiburones como nueva fuente de biocombustible. La noticia no deja de ser alarmante pero, es evidente que Groenlandia sigue manteniendo su mirada negacionista en cuanto a lo que a medio ambiente y a energías renovables se refiere. En Groenlandia, consideran que los tiburones de sus mares, una de las especies más grande de tiburones, constituyen una molestia para los pescadores y que su carne es tóxica para los seres humanos. Por ello, cada año, hay miles de tiburones que quedan que atrapados y mueren en las redes de los pescadores de este país y, como se trata de tiburones gigantescos, son devueltos al mar. Pero, esta situación sólo mostraría el desinterés y la despreocupación de Groenlandia por la preservación de las especies, del medio ambiente y de la biodiversidad. Lo más curioso del caso es que investigadores del Arctic Technology Centre (Centro de Tecnología del Ártico ARTEK) en Sisimiut, oeste de Groenlandia, están experimentando nuevas formas de utilización de la carne aceitosa de los tiburones para producir biogás de residuos de industrias pesqueras. De hecho, así lo expuso Marianne Willemoes Joergensen, de la compañía ARTEK en la Universidad Técnica de Dinamarca: “Creo que esta es una alternativa en la que podemos utilizar las miles de toneladas de restos de productos del mar, incluidos los de los numerosos tiburones.” Joergensen, que está a cargo del proyecto piloto, dice que la carne de tiburón cuando se mezcla con macro-algas y aguas residuales domésticas podría “servir como biomasa para la producción de biocarburantes“. Como si esto fuera poco, la investigadora añadió lo siguiente: “El biocombustible es la mejor solución para este tipo de residuos orgánicos y pueden ser utilizados para producir electricidad y calefacción con un método de carbono. Los biocarburantes, sobre la base de los tiburones y otros productos del mar, podrían suministrar el 13% del consumo de energía en Uummannaq (pueblo al norte Groenlandia con sus 2.450 habitantes).” Según las estimaciones de la investigadora, este proyecto podría ayudar a muchos pueblos aislados para que sean autosuficientes en términos de energía.

9 comentarios:

  1. En clase hemos hablado de como se ha dicho que el maíz es una buena alternativa al petróleo pero que en realidad genera CO2 y hace que suba el precio de algunos alimentos. Pues he encontrado un artículo que me ha resultado curioso sobre utilizar el tabaco como biocombustible modificandolo genéticamente mediante la obtención de bioetanol y biodiesel. Además el artículo habla de las ventajas no solo mediambientales sino económicas que podría ofrecer el tabaco como biocombustible. Aquí dejo la dirección del artículo y una pregunta que me surge:
    http://www.ecoticias.com/biocombustibles/40518/Noticias-energias-energias-renovables-verdes-limpias-alternativas-sostenibles-sustentables-eolica-geotermica-solar-termosolar-concentracion-eficiencia-energetica-definicion-tipos-ventajas-paneles-placas-mareomotriz-aerogeneradores-nuclear-co2-csp-bateria-litio-hibrido-electrico-coche-vehiculo-moto-biocombustibles-etanol-biocarburantes-silicio-biodiesel-biomasa
    Pero, ¿que inconvenientes podría ofrecer ? Blnca Terrón 1º A

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  2. El agotamiento del carbono fósil, el alza del precio del petróleo y el aumento de los gases de efecto invernadero contribuyen al desarrollo de los biocombustibles. Sin embargo, los sectores de producción actuales a partir de colza (biodiésel), trigo o remolacha (ETBE) no constituyen soluciones viables a largo plazo, pues se requieren superficies de cultivo demasiado extensas para satisfacer la demanda futura. En el futuro, la producción de biocombustibles deberá utilizar recursos más abundantes, como paja de rastrojos, madera o residuos verdes urbanos, sin competir con otras necesidades como la producción de alimentos. El componente esencial de dichos recursos es la lignocelulosa que, hasta la fecha, no se ha sabido transformar de forma rentable en bioetanol. Investigadores del INRA de Marsella estudian la transformación de este componente por acción de las enzimas de hongos filamentosos, con el objeto de superar las dificultades científicas y técnicas necesarias para el desarrollo de la producción de biocombustibles en el futuro.

    El bioetanol contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular de CO2, entre un 60% y un 80% con relación a las emisiones provocadas por la combustión de gasolinas. Las directivas europeas pretenden que, para 2010, se añada un 5,75% de biocombustible (etanol o etanol transformado en ETBE) a la gasolina sin plomo. Ahora bien, los volúmenes necesarios para cumplir dicho objetivo requieren la diversificación de las materias primas vegetales utilizadas.

    La lignocelulosa es la materia prima vegetal más abundante. Desde el punto de vista químico, las celulosas son redes de cadenas (polímeros) formadas por eslabones elementales (azúcares), que se asocian a las ligninas (heteropolímeros de compuestos fenólicos). Para transformar la celulosa en etanol hay que separarla primero de la lignina. La siguiente etapa consiste en transformarla en azúcares mediante una hidrólisis que fragmenta las cadenas poliméricas en eslabones elementales. Los azúcares así obtenidos se transforman en alcohol por medio de un proceso de fermentación.

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  3. Las enzimas presentes en los microorganismos que se desarrollan en el tracto intestinal de las termitas son birreactores en miniatura capaces de fragmentar la compleja cadena polimérica de la celulosa y del xylan en unidades mucho más pequeños de azucares que constituyen el alimento de la termita. En el campo de la biotecnología, esas enzimas podrían incorporarse en procesos de fermentación, lo cual permitiría obtener biocombustibles de desechos de madera y otros residuos agroindustriales.

    Las termitas son insectos diminutos, del tamaño de medio grano de arroz, capaces de digerir la madera, un producto rico en energía, pero muy difícil de degradar a moléculas más pequeñas que pueden utilizarse como alimento o como biocombustible. Si bien la madera puede transformarse en productos químicos con ácidos minerales o quemarse con aire para generar calor, las termitas han diseñado una estrategia bioquímica que les permite transformar la estructura polimérica de la celulosa o xylan en azúcares de bajo peso molecular para utilizarlas después como alimento para realizar sus funciones vitales.
    Sobre este asunto realizaron unas investigaciones los científicos de la revista Nature y de la empresa Venerium concluyendo que estas enzimas del aparato digestivo de las termitas podrían incorporarse a procesos de fermentación, lo que permitiría obtener etanol de desechos de madera y otros residuos agroindustriales. No obstante, la adaptación de este hallazgo a un sistema industrial todavía no se perfila. El escalado de este proceso, identificado en la organización simbiótica de las termitas y de las bacterias que se desarrollan en su tracto intestinal, al de una factoría de gasificación de biomasa está muy lejano. La tarea siguiente es descubrir los mecanismos metabólicos operativos en estos organismos durante la despolimerización del material celulósico. Conforme al avance logrado, se podrá sintetizar una nueva generación de enzimas con actividad más elevada capaces de producir los biocombustibles del futuro que se derivarán de los precursores celulósicos.

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  4. Huesos de aceituna como combustible
    España es el principal productor y exportador de aceite de oliva y por lo tanto de hueso, con Andalucía a la cabeza. El hueso es rico en polisacáridos (celulosa y hemicelulosa) que pueden degradarse a azucares simples y luego ser fermentados para producir etanol. Contiene un 50,8% de carbono, 42,7% de oxígeno, 7.1% de hidrógeno, 0.48% de nitrógeno y un 0.04 de azufre.
    Para su utilización como combustible debe ser triturado y secado. Se deben eliminar en la medida de lo posible todos los residuos, puesto que originan muchos problemas en las calderas, donde se van acumulando los restos y humedad, teniendo que repararlas sometiéndolas a una limpieza exhaustiva. Para que el hueso de aceituna no cause problemas en el funcionamiento de las calderas, su humedad debe ser inferior al 15%.
    Ventajas
    • Bajo coste, ya que es siete veces más barato que el gasóleo de calefacción. Y existen subvenciones del Estado para la instalación de calderas de biomasa.
    • Ecológicos, ya que poseen bajos niveles de contaminación; el CO2 que liberan son propios de su naturaleza y no liberan concentraciones mayores como es el caso de los combustibles fósiles ni liberan sustancias nocivas como el azufre.
    • Creación de puestos de empleo: agricultores, productores y trabajadores en comercios y empresas que se dedican a la instalación y reparación de calefacción por biomasa
    • Uso de un material que antes considerábamos un residuo
    Inconvenientes
    • Impurezas en el hueso de aceituna, que pueden provocar el mal funcionamiento de las calderas.
    • Consumo de agua.
    • Enlaza la energía con los alimentos, lo cual es preocupante debido a la escasez de productos en la que se encuentra el planeta.

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  5. Aunque parezca increíble, ya existe un auto que es capaz de funcionar con desechos generados por nuestro propio cuerpo. Estamos hablando del “Bioescarabajo”. Este vehículo fue diseñado por ingenieros británicos y funciona con gas metano, que no es otra cosa que un hidrocarburo que se produce con excrementos humanos y otros desechos humanos.
    La firma GENeco, desarrolló este prototipo que posee características de un vehículo normal; este auto puede alcanzar la misma velocidad y no te preocupes que no emana olores desagradables a pesar del combustible que utiliza. Lo que hace diferente este auto de los otros es que es desarrollado con combustible totalmente limpio, evitando las emisiones contaminantes al medio ambiente.
    Según expertos, desde hace varios años la planta de tratamiento de aguas residuales de Avonmouth produce biogás. Allí llegan las aguas de la ciudad a través de cañerías para ser sometidas a procesos de filtración donde luego se descomponen los desechos y se transforma la materia orgánica en biogás. Al haber un excedente de este producto, la empresa decidió emplear el sobrante en un auto capaz de funcionar con metano. Así surgió el “Bioescarabajo”, un proyecto que pretende ampliarse en un futuro no muy lejano.
    Aunque este automóvil hoy sólo sea un prototipo, y su uso no vaya a salvar al mundo de la contaminación generada por este medio de transporte, lo cierto es que representa una novedosa iniciativa que puede estudiarse para ampliar su uso en un mediano o largo plazo.
    Mohammed Saddiq, ingeniero de GENeco, es optimista al respecto:
    “No veo razones técnicas que impidan capturar el gas y venderlo en las gasolineras como otros combustibles. No creo que el biogás no pueda convertirse en una alternativa a los combustibles fósiles. Esa es mi visión y espero que un día se haga realidad”.
    “Esta planta produce unos 18 mil metros cúbicos de biogás al año. Si lo convirtiéramos en biocombustible para vehículos, y reemplazáramos al combustible fósil, podríamos dejar de emitir 19 mil toneladas de CO2″
    En países como China e India, existen camiones y autobuses que funcionan con gas pero esta posibilidad -así como la de adaptar a los automóviles para funcionar con gas metano – aún no ha sido explorada para abastecer a vehículos más pequeños. La ambición de Saddiq es analizar en mayor profundidad los aspectos técnicos, ambientales y económicos de este vehículo para ampliar el proyecto en el futuro.

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  6. Los biocombustibles son combustibles de origen biológico obtenido de manera renovable a partir de restos orgánicos. Estos restos orgánicos proceden habitualmente del azúcar, trigo, maíz o semillas oleaginosas.
    Todos ellos reducen el volumen total de CO2 que se emite en la atmósfera, ya que lo absorben a medida que crecen y emiten prácticamente la misma cantidad que los combustibles convencionales cuando se queman, por lo que se produce un proceso de ciclo cerrado.
    Los biocombustibles son a menudo mezclados con otros combustibles en pequeñas proporciones, 5 o 10%, proporcionando una reducción útil pero limitada de gases de efecto invernadero. En Europa y Estados Unidos, se ha implantado una legislación que exige a los proveedores mezclar biocombustibles hasta unos niveles determinados. Esta legislación ha sido copiada luego por muchos otros países que creen que estos combustibles ayudarán al mejoramiento del planeta a través de la reducción de gases que producen el denominado ‘Efecto Invernadero’.
    Biodiesel
    El biodiesel es un biocombustible que se fabrica a partir de cualquier grasa animal o aceites vegetales, que pueden ser ya usados o sin usar. Se suele utilizar girasol, canola, soja o jatropha, los cuáles, en algunos casos, son cultivados exclusivamente para producirlo. Se puede usar puro o mezclado con gasoil en cualquier proporción en motores diesel. El principal productor de biodiesel en el mundo es Alemania, que concentra el 63% de la producción. Le sigue Francia con el 17%, Estados Unidos con el 10%, Italia con el 7% y Austria con el 3%.
    El sistema más habitual es la transformación de estos aceites a través de un proceso de transesterificación. De este modo, a partir de alcohol metílico, hidróxido sódico (soda cáustica) y aceite vegetal se obtiene un éster que se puede utilizar directamente en un motor diesel sin modificar, obteniéndose glicerina como subproducto. La glicerina puede utilizarse para otras aplicaciones.
    ¿El incremento en la producción de biocombustibles pondrá en riesgo la seguridad alimentaria y aumentará los precios de ciertos alimentos?
    Esto podría ser cierto si tierras destinadas a la siembra de cultivos alimenticios se utilizan para la producción de biocombustibles, o si se reemplaza la finalidad original de esos cultivos y se usan para la producción de biocombustibles .Se debe tomar en cuenta que más del 50% de la población pobre de América Latina y el Caribe vive y depende del sector rural. De los 525 millones de habitantes de América Latina, 128 millones viven en la pobreza y 50 millones en extrema pobreza. En consecuencia, si aparecen cultivos que generan mayores ingresos a los productores, estos orientarán sus esfuerzos a esos cultivos. Es necesario pagar mejor a los productores rurales por sus productos, pero es sumamente importante que existan políticas claras al respecto, para evitar la destrucción de reservas naturales y destinar las tierras de estas a la siembra de cultivos.
    Como lo menciona la revista Foreign Affairs (2007), a menudo es exagerado el impacto de mayores precios debidos a la producción de etanol, a lo que también han contribuido factores como las enfermedades vegetales, las condiciones del tiempo y las políticas gubernamentales. Al final el mercado continuará regulando los precios de los productos y, si se siembran cantidades de estos superiores a la demanda, sus precios disminuirán. Por el momento lo cierto es que los cultivos con potencial para la producción de biocombustibles constituyen una oportunidad para revitalizar y mejorar el nivel de vida de las comunidades rurales, y hay que aprovechar las oportunidades que se presentan.
    Por otra parte, se debe procurar que existan políticas adecuadas que permitan distribuir apropiadamente esos ingresos a lo largo de toda la cadena de producción.
    También es importante mencionar que el incremento en los precios del petróleo ha encarecido significativamente los insumos para la producción agrícola y la creciente demanda de granos por parte de China e India ha contribuido al incremento de los precios.



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  7. Los huesos de aceituna podrían dejar de ser un producto de desecho gracias al trabajo de científicos de Jaén y Granada que han desarrollado un método para obtener biocombustible a partir de los carozos.

    En total, los investigadores estiman que a partir de cada 100 kilos de carozos de aceitunas se pueden obtener 5,7 kilos de etanol. La cifra es considerable si tenemos en cuenta que cada año se desechan cerca de tres millones de toneladas de estos huesos en España.

    Esta no es la primera vez que se plantea usar los restos de la aceituna para obtener energía. Por ejemplo, en el Hotel & SPA Sierra de Cazorla, en Jaén, hace un año que sustituyeron el gasoil y el gas natural de todas sus calderas de calefacción por huesos de aceituna, que tienen un poder calorífico de 4.700 kW/h por kilogramo. Otros hoteles se están sumando a la iniciativa, ya que supone reducir un 80% sus emisiones de dióxido de carbono. Y a nivel doméstico hay varios centenares de hogares en España que utilizan esta forma de biomasa para la calefacción y el agua caliente, ahorrando hasta un 70% de sus facturas.

    Los huesos de aceituna no son la única materia prima que se utiliza para esta combustión. Se emplean también las cáscaras de almendras y de piñas de pino, las astillas o los huesos de cereza.

    España es el principal productor y exportador de aceite de oliva y por lo tanto de hueso, con Andalucía a la cabeza. El hueso es rico en polisacáridos (celulosa y hemicelulosa) que pueden degradarse a azucares simples y luego ser fermentados para producir etanol. Contiene un 50,8% de carbono, 42,7% de oxígeno, 7.1% de hidrógeno, 0.48% de nitrógeno y un 0.04 de azufre
    Para su utilización como combustible debe ser triturado y secado. Se deben eliminar en la medida de lo posible todos los residuos, puesto que originan muchos problemas en las calderas, donde se van acumulando los restos y humedad, teniendo que repararlas sometiéndolas a una limpieza exhaustiva. Para que el hueso de aceituna no cause problemas en el funcionamiento de las calderas, su humedad debe ser inferior al 15%.

    Ventajas
    • Bajo coste, ya que es siete veces más barato que el gasóleo de calefacción. Y existen subvenciones del Estado para la instalación de calderas de biomasa.
    • Ecológicos, ya que poseen bajos niveles de contaminación; el CO2 que liberan son propios de su naturaleza y no liberan concentraciones mayores como es el caso de los combustibles fósiles ni liberan sustancias nocivas como el azufre.
    • Creación de puestos de empleo: agricultores, productores y trabajadores en comercios y empresas que se dedican a la instalación y reparación de calefacción por biomasa
    • Uso de un material que antes considerábamos un residuo
    Inconvenientes
    • Impurezas en el hueso de aceituna, que pueden provocar el mal funcionamiento de las calderas.
    • Consumo de agua.
    • Enlaza la energía con los alimentos, lo cual es preocupante debido a la escasez de productos en la que se encuentra el planeta.
    Otros usos del hueso de aceituna
    • El hueso carbonizado se utiliza en la industria alimentaria sustituyendo al carbón. Mediante el uso de una parrilla, fue presentada esta aplicación en la VI Cumbre Internacional de Gastronomía en 2008. Su ventaja es que retienen el calor durante horas y no contamina.
    • Como descontaminante de aguas residuales industriales, mediante biosorción, para eliminar los metales pesados que contienen.
    • Relleno de almohadas, absorbente de olores y para conservar durante más tiempo los alimentos frescos
    • Plumas de escribir y resinas fenólicas
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  8. El empleo de biocombustibles, aunque emite CO2 a la atmósfera, no genera un balance neto de emisión positivo, puesto que este proviene de la incorporación previa por parte de las plantas, durante la fotosíntesis, de CO2 atmosférico. Por esta razón, si toda la energía proviniera de biocombustibles, la emisión anual neta de CO2 sería cero.
    Pero la generación de biocombustibles plantea varios problemas. En primer lugar, las partes fermentables de las plantas cultivadas, en particular el maíz, son precisamente las comestibles. Esto implica que las cosechas destinadas a la producción de biocombustibles no se pueden destinar a la alimentación, lo que causa una subida de precios de los alimentos, en particular en los países desfavorecidos.
    Una solución podría encontrarse en la utilización de las partes no comestibles: cañas, paja, hojarasca… Estas partes son ricas en celulosa y hemicelulosa, que sirven de soporte a la planta, formadas por la unión de muchas moléculas de azúcares simples que, si son disgregadas y separadas, pueden ser sometidas a fermentación para la producción de bioetanol.
    Pero esta solución presenta un problema: la celulosa y la hemicelulosa de cañas y paja debe ser previamente digerida con enzimas añadidos, en un proceso largo, tras el cual deben recuperarse los azúcares para la fermentación. Este proceso es, además de tedioso, caro ya que requiere el empleo de muy elevadas cantidades de enzimas, como la xilanasa, necesarias para la degradación de la hemicelulosa en azúcares fermentables.
    Para resolver este problema investigadores de la empresa biotecnológica Agrivida, localizada en Massachusetts, USA, pensaron que sería útil general un maíz transgénico al que se hubiera incorporado en su genoma el gen de la xilanasa. La acción de este enzima, interno ahora en la planta, evitaría tener que añadirlo externamente y facilitaría la extracción de azúcares fermentables de las partes no comestibles.
    Los investigadores consiguieron dicho maíz transgénico, pero se encontraron con el problema que la xilanasa, activa durante toda la vida de la planta, la fragilizaba al destruir un importante material de soporte y, por si fuera poco, convertía a las plantas en estériles, por lo que no podían reproducirse. Parecía pues que esta solución no era viable.

    Puesto que el procesamiento de las partes no comestibles se realiza como si se cocinara una sopa, en agua bastante caliente, los investigadores intentaron conseguir una xilanasa estable a altas temperaturas, pero que no funcionara en el rango de temperatura normal para el cultivo del maíz. Para diseñar esta versión, decidieron utilizar un parásito molecular denominado “inteína”. Las inteínas son moléculas excepcionales, formadas por segmentos de proteínas capaces de insertarse dentro de proteínas comunes, para más tarde liberarse de la proteína en la que se han insertado. Al liberarse, juntan los dos fragmentos que dejan y reconstituyen la proteína normal.

    Consiguieron una xilanasa con menos del 10% de su actividad normal antes del calentamiento, pero con más del 60% de su actividad tras ser sometida a altas temperaturas por dos horas para activar la liberación de la inteína (liberación que no siempre era del 100%).
    Esta xilanasa no causó efectos adversos a las plantas, pero consiguió que las partes no comestibles fueran mucho más fáciles de digerir. Tras dos horas de tratamiento a 75°C, el rendimiento de glucosa obtenida subió al 90% del máximo esperado y, además, obtenido solo de los restos de las plantas, después de extraer las mazorcas de maíz.
    Esta nueva tecnología promete conseguir bioetanol sin afectar a la obtención de alimentos como el maíz, lo que permitirá luchar contra el calentamiento global sin que por ello los precios de algunos alimentos aumenten. Buenas noticias.

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  9. A un paso de conseguir la conversión total de CO2 en metanol
    El dióxido de carbono es uno de los gases que contribuye en mayor medida al efecto invernadero, fenómeno relacionado con el cambio climático. Las emisiones de CO2 han aumentado vertiginosamente desde la revolución industrial y se prevé que continúen ascendiendo; por tanto, la búsqueda de una estrategia que ayude a disminuir la concentración de CO2 en la atmósfera se ha convertido en uno de los principales retos de este siglo.

    La captura y almacenamiento de CO2 y su reciclaje en otros productos menos contaminantes y útiles para la industria química son las principales soluciones que proponen los científicos.

    Por primera vez, un equipo de investigación liderado por Atsushi Urakawa, en el Instituto Catalán de Investigación Química (Tarragona), en España, ha conseguido optimizar el proceso de transformación de dióxido de carbono en metanol, una forma de reciclaje de CO2, con conversiones del 95%.

    Reciclaje de CO2. (Foto: ICIQ)

    “La conversión de CO2, una molécula muy estable, mediante este método es extraordinariamente eficiente y el método ya puede ser implementado en la industria”, dice el profesor Urakawa.
    El método, publicado en la revista internacional Journal of Catalysis, consiste en hacer pasar el gas junto con hidrógeno a altas presiones por un reactor que contiene un catalizador de cobre, zinc y aluminio.
    Este proceso, diseñado por Urakawa, es además muy versátil y flexible, ya que permite la conversión del metanol generado en el reactor en otros productos químicos como dimetiléter, olefinas y otros hidrocarburos, mediante simples modificaciones en el catalizador o la presión del reactor.

    “Esta nueva aproximación hacia una conversión eficiente de CO2 abrirá nuevos y estimulantes debates sobre el reciclaje químico del dióxido de carbono y uso del metanol como la nueva divisa química del futuro tanto en industria como en el mundo académico”, concluye Atsushi Urakawa.

    Esta tecnología es el objeto de una solicitud de patente presentada por el ICIQ y se ofrece al sector industrial para su desarrollo y comercialización mediante acuerdos de licencia o proyectos de desarrollo conjuntos.

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