La palabra ‘géiser’ procede, originariamente, del verbo islandés ‘gjosa’, que significa ‘emanar’.Por tanto, un géiser es un orificio en el suelo que, cada cierto tiempo, expulsa abruptamente una columna de agua caliente y vapor.
La causa de que esto suceda es que las aguas que se encuentran en el subsuelo son calentadas por las rocas cercanas, que, a su vez, absorben el calor del magma que hay bajo ellas. Este líquido caliente emerge a la superficie a través de rocas porosas por el fenómeno de convección y lo hace muy rápidamente, de lo cual resulta una columna espectacular de agua y aire. Una vez ha salido al exterior, el agua que resta bajo tierra se enfría y la erupción para.
Los géiseres son un fenómeno bastante raro, pues precisan de una geología muy específica. Por ello, tan sólo existen cerca de mil en todo el planeta y casi la mitad se hallan en el Parque Yellowstone, en Estados Unidos. En España, existen algunos en la isla de Lanzarote cuyo suelo, por su composición volcánica, favorece su aparición.
Por otra parte, existen dos tipos de géiseres, en función de donde se encuentren: los géiseres de fuente se hallan en estanques de agua y erupcionan de forma violenta, en series continuadas. Los géiseres de cono, en cambio, se encuentran en montículos de silicio –llamados geiseritas- y erupcionan en chorros únicos y estables.
La rareza de los géiseres hace que sean frágiles. Cualquier alteración de su medio puede provocar su desaparición. El simple hecho de arrojar basura en ellos puede acabar con su actividad. Por ello es recomendable ser respetuosos con su ecosistema.
Curiosamente, a pesar de las altas temperaturas que llegan a alcanzar, existe vida dentro de ellos. Concretamente, se trata de organismos diminutos, generalmente unicelulares, llamados termófilas e hipertermófilas que dan al agua los colores que varían del azul al amarillo pasando por el rojo y su hallazgo ha posibilitado importantes avances médicos.Thermus aquaticus es una bacteria termófila que fue descrita por Thomas Brock en 1969. Se trata de una bacteria gram-negativa, aerobia y heterótrofa que produce una enzima utilizada en el laboratorio para diagnosticar enfermedades genéticas e infecciosas, así como para determinar una huella genética. Los científicos estudian otras bacterias presentes en Yellowstone con la esperanza de encontrar nuevos remedios y medicamentos en ellas. Incluso el hecho de que estas bacterias sobrevivan en esas condiciones alimenta la esperanza de encontrar vida fuera de nuestro planeta.
Lo cierto es que esta forma de energía a mi siempre me pareció que podía representar el futuro de las energía allí donde se pudiera aprovechar, principalmente en Islandia ya que aunque como dice en el articulo la mitad de los geiseres se encuentran en Estado Unidos, la demanda energética de este país es enorme, sin embargo Islandia a través de una compañía llamada Reykjavik Energy en 60 años ha conseguido dejar de depender de los combustibles fósiles para vivir de la energía geotérmica de la cual se obtiene ya el 85% de la energía consumida en este país. Islandia tiene en la actualidad el mayor sistema de calefacción geotérmica del mundo, y otros países están interesándose.
ResponderEliminarLos primeros ministros de China e India han visitado Islandia en años recientes para ver qué pueden aprender sobre energías limpias, baratas y renovables, y Reykjavik Energy está participando en proyectos conjuntos para reproducir el modelo islandés en lugares tan remotos como Yibuti, El Salvador e Indonesia, además de China.
Lo cierto, es que Reykjavik Energy es un éxito que se debe al trabajo de todos los islandeses. Y su apuesta por la energía geotérmica se está convirtiendo en éxito de todos, porque nos brinda su experiencia para que podamos utilizarla en cualquier parte.
Hay lugares más adecuados que otros para el aprovechamiento de esta forma de energía. Es más fácil su explotación en lugares donde ésta se manifiesta a menos profundiad. Se trata de una energía renovable más que se puede aprovechar usando el ingenio humano para sustituir a las fuentes fósiles de energía.
-Álvaro Alonso Vazquez-