El 31 de octubre de 1794, el físico y químico británico John Dalton presentó un ensayo en el que describía una anomalía de la visión que hoy se conoce como daltonismo.
Dalton sabía muy bien de lo que estaba hablando cuando presentó ante la Sociedad Literaria y Filosófica de Manchester su primer trabajo, Extraordinary Facts Relating to the Vision of Colours; es decir: Hechos extraordinarios relacionados con la visión de los colores.
Y Dalton lo sabía muy bien porque él padecía esa alteración de las células de la retina, que se transmite en forma hereditaria y afecta aproximadamente, con diversos grados de particularidades, a un 8 por ciento de la población masculina y sólo de manera ocasional a las mujeres.
En sus trabajos como investigador, sufrió en carne propia no distinguir algunos colores, lo que lo llevó a realizar experimentos fallidos al confundir los frascos de los reactivos que utilizaba.
Las teorías de Dalton han sido fundamentales para el devenir de la ciencia moderna, nada menos que el enunciado de que, básicamente, todo lo que hay en el universo está compuesto de átomos.
Tanto él como su hermano sufrían esta anomalía, y su vida cotidiana tuvo bastantes contratiempos, algunos graciosos, como cuando fue recibido por el rey británico Guillermo IV y llevaba su toga de la Universidad de Oxford, que creía de un discreto color gris cuando en realidad era rojo escarlata. Tampoco podía diferenciar el naranja ni el verde, que para él pertenecían a la gama del amarillo.
Se dice que varios famosos fueron daltónicos, como Mark Twain, Paul Newman y Bing Crosby; y se puede agregar a la lista Bill Clinton y Keanu Reeves.
Gracias a Wendy, Laura, Cristina y Maria acuña por colaborar en esta entradas sobre Dalton
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