Del agujero de la capa de ozono: http://cienciascic.blogspot.com/2011/02/el-agujero-de-la-capa-de-ozono.html
De las islas de calor: http://cienciascic.blogspot.com/2011/02/islas-de-calor.html
La entrada del año pasado: http://cienciascic.blogspot.com/2011/01/contaminacion-atmosferica.html
Contaminacion atmosferica
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paea practicar haciendo test: http://www.testeando.es/test.asp?idA=5&idT=xnxaezpt
Para entender mejor el efecto invernadero: http://almez.pntic.mec.es/~jrem0000/dpbg/2bch-ctma/tema5/invernadero.swf
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esquema que relaciona los distintos tipos de contaminación |
Javier Martinez
ResponderEliminar¡Hola Julio! Dando vueltas por internet me he encontrado con un video de un inventor americano, que buscanod una cura para el cancer, ha encontrado, sin queer, la solución a la crisis energética, te dejo el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=XONLn80SnWs&feature=player_embedded#!
La lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación del aire.
ResponderEliminarLa lluvia ácida no es un fenómeno reciente, tiene sus antecedentes en la Revolución Industrial, y desde entonces ha ido en aumento. El término lluvia ácida tiene su origen en unos estudios atmosféricos realizados en Inglaterra en el siglo XIX, pero actualmente cabría denominarla deposición ácida, ya que puede presentarse en forma líquida (agua), sólida (nieve), o incluso como niebla, ésta última tan efectiva en su capacidad de destrucción como lo es la deposición líquida.
Estos gases son producidos, principalmente, por la combustión de carburantes fósiles en las actividades industriales, tales como centrales térmicas dedicadas a la obtención de energía eléctrica.
Algunos de estos gases (en especial los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre) reaccionan al contacto con la humedad del aire y se transforman en ácido sulfúrico, ácido nítrico y ácido clorhídrico. Estos ácidos se depositan en las nubes. La lluvia que producen estas nubes, que contienen pequeñas partículas de acido, se conoce con el nombre de "lluvia ácida".
La lluvia siempre es ligeramente ácida, ya que se mezcla con óxidos de forma natural en el aire. La lluvia que se produce en lugares sin contaminación tiene un valor de pH de entre 5 y 6.
Cuando el aire se vuelve más contaminado con los óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre la acidez puede aumentar a un valor pH de 3. El zumo de limón tiene un valor de pH de 2.3. La lluvia ácida tiene una gran cantidad de efectos nocivos en los ecosistemas y sobre los materiales. Al aumentar la acidez de las aguas de ríos y lagos, produce trastornos importantes en la vida acuática. Algunas especies de plantas y animales logran adaptarse a las nuevas condiciones para sobrevivir en la acidez del agua, pero otras no.
Camarones, caracoles y mejillones son las especies más afectadas por la acidificación acuática. Esta también tiene efectos negativos en peces como el salmón y las truchas. Los huevos y los alevines son los más afectados. Una mayor acidez en el agua puede causar deformaciones en los peces jóvenes y puede evitar la eclosión de las huevas.
La lluvia ácida también aumenta la acidez de los suelos, y esto origina cambios en la composición de los mismos, produciéndose la lixiviación de importantes nutrientes para las plantas (como el calcio) e infiltrando metales tóxicos, tales como el cadmio, níquel, manganeso, plomo, mercurio, que de esta forma se introducen también en las corrientes de agua.
La vegetación sufre no sólo las consecuencias del deterioro del suelo, sino también un daño directo por contacto que puede llegar a ocasionar en algunos casos la muerte de la especie.
Las construcciones históricas, que se hicieron con piedra caliza, experimentan también los efectos de la lluvia ácida. La piedra al entrar en contacto con la lluvia acida, reacciona y se transforma en yeso (que se disuelve con el agua con mucha facilidad). También los materiales metálicos se corroen a mucha mayor velocidad.
En la actualidad hay datos que indican que la lluvia es en promedio 100 veces más ácida que hace 200 años.
Hay que reducir las emisiones.
Los gobiernos tienen que gastar más dinero en investigación y desarrollar proyectos que tengan el objetivo de reducir la contaminación ambiental.
Hay que seguir avanzando en la producción de convertidores catalíticos para automóviles que eliminen sustancias químicas peligrosas en los gases de escape.
Se deben buscar fuentes alternativas de energía: Es necesario que los gobiernos investiguen diferentes formas de producir energía utilizando energías renovables.
Se debe mejorar el transporte público para alentar a la gente a utilizar este tipo de servicio en lugar de utilizar sus propios automóviles.
Hay que ahorrar energía. Existen muchas cosas que podemos hacer día a día para ayudar a preservar el medio ambiente, y tener una convivencia más armoniosa con la naturaleza. Lo único que se requiere es una pequeña modificación en nuestro comportamiento cotidiano.
ResponderEliminar9 de cada 10 españoles respiran aire sucio.
2 millones de habitantes mueren al año en el mundo, producido por la contaminación.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado un estudio en el que mide la contaminación del aire en 1.100 ciudades del mundo.
¿Cómo se mide la contaminación del aire?
La OMS fija en un máximo de 20 microgramos de partículas pequeñas, por metro cúbico (µg/m3) la media anual de PM10 (menores a 10 micras de tamaño) el nivel por encima del cual el aire es perjudicial para la salud.
Los resultados en España.
La media de España se sitúa en 29 µg/m3 y las tres únicas que aprueban son:
Santiago con una media de 18 µg/m3; Logroño con 19 µg/m3. y Badajoz en el límite de 20 µg/m3.
Suspenden (por poco):
Vitoria, con 21 µg/m3.
Palma y Valladolid, con 22 µg/m3.
San Sebastián, Burgos, Pamplona y Toledo, con 23 µg/m3.
Marbella, Madrid y Salamanca, con 26 µg/m3.
Móstoles, Mataró y Oviedo, con 27 µg/m3.
Santander, con 29 µg/m3.
Suspenden (superando el 50%)
Bilbao, con 30 µg/m3.
Jérez de la Frontera y Córdoba, con 31 µg/m3.
Málaga, Cádiz y Jaén, con 32 µg/m3.
Albacete, con 33 µg/m3.
Torrejón de Ardoz, con 39 µg/m3.
Por encima de los 40 µg/m3, aparecen como las de peor calidad de aire:
Granada, con 40, Sevilla, con 45 y Zaragoza, con 45.
Resulta curioso (y ha sido ampliamente debatido), cómo Salamanca puede tener el mismo nivel de contaminación que Madrid y cabe pensar que, dependiendo de dónde se coloquen los medidores se obtendrá un valor u otro. En Pamplona, están situados en zonas de mucho tráfico urbano.
En el mundo
Destacan:
Por buenos, sólo 9 de los 91 analizados no lo superan en el conjunto de territorio: Estonia (11), seguido de Isla Mauricio (12), Canadá (13), Australia (13), Irlanda (15), Bután (18), Mónaco (18), Finlandia (19) y San Marino (20).
Por resultados muy malos: Mongolia, con 279 µg/m3, Botsuana, con 216 µg/m3, y Pakistán con 198 µg/m3. Entre ciudades, destacan El Cairo (138), la iraní de Ahwaz, con 372 µg/m3.
Ulán Bator (Mongolia) de 279 µg/m3. Y Nueva York, 21?
Consecuencias
La OMS advierte de que la contaminación atmosférica es responsable actualmente de la muerte anual de más de 2 millones de personas.
La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
ResponderEliminarLos contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, siendo trasladados por los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en el ambiente.
La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido), debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH de menos de 5 y puede alcanzar el pH del vinagre (pH 3). Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el ácido sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del dióxido de azufre, SO2, y el monóxido de nitrógeno que se convierten en ácidos.
Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de energía, en grandes cantidades, pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo.
En los bosques se han observado daños directos originados sobre todo por esos depósitos de partículas que se pueden convertir en ácidas posteriormente, pero también por las nieblas o lluvias con pH muy bajo. Además, parte de los efectos de lo que se ha llamado el declive de los bosques, se debe muy posiblemente a la influencia de las lluvias ácidas sobre los suelos, que quedan empobrecidos de elementos minerales básicos, como potasio, magnesio y calcio.
En los lagos y ríos se han advertido también descensos del pH debido a las lluvias ácidas. En muchas ocasiones se ha observado una disminución del número de especies tanto vegetales como animales, ya que muchas de ellas son sensibles a la acidificación.
El daño que produce a las personas no es directo, es más inmediato el efecto de los contaminantes que producen esta lluvia y que llegan al organismo cuando éste los respira, afectando su salud.
Los productos del hombre, monumentos y edificios, son más susceptibles a la acción de la lluvia ácida. Muchas ruinas han desaparecido o están en vías de hacerlo, a causa de este factor.
En ocasiones la lluvia ácida hace que penetren al vegetal ciertos elementos como el aluminio (éste bloquea la absorción de nutrientes en las raíces), que afectan directamente su desarrollo.
Los efectos de la lluvia ácida en el suelo pueden verse incrementados en bosques de zonas de alta montaña, donde la niebla aporta cantidades importantes de los contaminantes en cuestión.
Las áreas de cultivo no son tan vulnerables a los efectos de la lluvia ácida, toda vez que generalmente son abonadas con fertilizantes que restituyen nutrientes y amortiguan la acidez.
La naturaleza posee ciertos mecanismos para regular la acidez producida por causas naturales. El suelo, sobre todo el calizo, ejerce una acción amortiguadora (buffer) que impide que el pH se torne demasiado ácido. No obstante, la mayor cantidad de contaminantes llegan al medio como producto de la actividad humana, que los produce en cantidades colosales, que no pueden ser amortiguadas.
En sitios donde los suelos no son tan buenos amortiguadores, o donde el aporte de contaminantes es muy superior a lo que puede reciclarse, se acentúan los efectos nocivos de la lluvia ácida.
El ozono está presente en la troposfera de forma natural. Una parte proviene del existente en las capas altas de la atmósfera (estratosfera) que es transportado hacia niveles más bajos, a las capas de aire próximas a la superficie terrestre. Otra parte procede de procesos naturales que tienen lugar en la biosfera y que dan lugar a la formación de ozono, a partir de emisiones de óxidos de nitrógeno que tienen su origen en procesos biológicos y en la emisión de compuestos orgánicos volátiles procedentes de la vegetación, de procesos de fermentación o de los volcanes.
ResponderEliminarLas cantidades de ozono a las que dan lugar estos procesos son pequeñas y su concentración en el aire no llega a niveles peligrosos. Sin embargo, el ozono troposférico puede llegar a ser un problema cuando se provoca un aumento de su concentración por medios artificiales: la contaminación. Muchas actividades de las que realiza el hombre en la actualidad emiten contaminantes a la atmósfera que son precursores del ozono. Por acción de la luz solar, estas sustancias químicas reaccionan y provocan la formación de ozono. Esto suele ocurrir, principalmente, en las grandes ciudades, favorecido el proceso por las altas concentraciones de contaminantes en el aire.
Como el proceso requiere además el concurso de la luz solar, es en primavera y verano cuando se alcanzan las máximas concentraciones de ozono troposférico. Al aumentar su concentración, el ozono se convierte en un contaminante que afecta a la salud de las personas.
¿Cómo nos afecta el ozono?
El ozono penetra por las vías respiratorias y debido a sus propiedades altamente oxidantes provoca la irritación de las mucosas y los tejidos pulmonares. Los principales efectos observados son: irritación de los ojos, tos, dolor de cabeza, dolores en el pecho, etc. Pudiendo llegar, cuando las concentraciones son muy elevadas, a provocar inflamaciones pulmonares afectando gravemente a la función respiratoria.
Las personas que más riesgo corren son aquellas con alguna enfermedad pulmonar, entre las que se encuentran los asmáticos (enfermedad muy extendida en primavera debido a las reacciones alérgicas). En general, afecta principalmente a aquellas personas que realizan ejercicio físico al aire libre. Debido a que, como ya se ha dicho, las reacciones que producen el ozono se activan por la acción de la luz solar, las horas en que la concentración de ozono en el aire es más alta son aquellas que van desde el medio día hasta el anochecer.
Pero, el ozono no sólo es perjudicial para el hombre, también lo es para el resto de los seres vivos. Por ejemplo, es altamente tóxico para las plantas. Afecta a las paredes celulares, disminuye la actividad fotosintética y perjudica su crecimiento, provocando una disminución de la vegetación natural y de la producción agrícola.
¿Cómo se produce la contaminación por ozono?
En las grandes ciudades y en sus proximidades, la alta densidad de población y de industrias hace que la contaminación del aire, generalmente proveniente de procesos de combustión como los de los motores de los automóviles, sea muy alta. Entre los agentes contaminantes se encuentran los óxidos de nitrógeno. Y estos resultan muy reactivos, por ejemplo cuando reaccionan con el oxígeno del aire
NO (g) + O2 (g) ----> NO2 (g)
a su vez el dióxido de nitrógeno, por acción de la luz solar, se descompone en monóxido
NO2 (g) + luz ----> NO (g) + O (g)
El monóxido de nitrógeno, puede volver a oxidarse para formar otra vez dióxido de nitrógeno y hacer que el proceso vuelva a comenzar. Pero, el oxígeno atómico es una especie muy reactiva que puede provocar muchas reacciones importantes, una de ellas es la formación de ozono
O (g) + O2 (g) ----> O3(g)
Este es sólo un ejemplo de los procesos que llevan a la formación del ozono en las capas bajas de la atmósfera.
Cuando las personas detectamos un olor es debido a la presencia de moléculas de una determinada sustancia que son captadas a través de los "sensores" que poseemos en nuestros órganos olfativos. Estos órganos son muy sensibles y pueden llegar a detectar concentraciones moleculares en el aire de una parte por mil millones. Sin embargo, cuando el olor lo generamos nosotros mismos los receptores de nuestros órganos olfativos se saturan y no son capaces de detectar ninguna diferencia: nos hemos acostumbrado al olor y ya no lo sentimos.
ResponderEliminar¿A QUE SE DEBEN LOS MALOS OLORES?
En el caso de la halitosis se debe a la presencia en nuestro aliento de una sustancia química denominada metilmercaptano. Las bacterias presentes en la boca provocan la descomposición de una proteína, liberando aminoácidos (cisteína y metionina) que contienen azufre, y que a su vez dan lugar a la formación del metilmercaptano. Esta sustancia es un gas que se mezcla con el aliento y es el responsable de su mal olor.
Algo parecido ocurre con nuestros pies. En las condiciones que se crean en unos pies sudorosos (un medio con características alcalinas) pueden proliferar bacterias que provoquen la formación del metilmercaptano, lo que da lugar al tan característico "olor a pies".
Esto no sólo ocurre en nuestros cuerpos. También, en el medio ambiente pueden existir algunas bacterias que provoquen un proceso semejante.
Pero, no sólo es esta sustancia la responsable del mal olor del aliento. Aunque en menor cantidad, también se producen en nuestra boca otras sustancias con olores desagradables. Una de ellas es el sulfuro de hidrógeno que se caracteriza por un fuerte olor. Otra sustancia fuertemente olorosa que se puede producir en nuestras bocas es el sulfuro de dimetilo que también forma parte del aroma del café molido.
Los médicos antiguos creían que las alteraciones del aliento podían estar asociadas a algunas enfermedades e intentaban reconocerlas a través del olor específico en el aire espirado del paciente. El análisis moderno del aliento empezó en la década de los 70, cuando Linus Pauling detectó más de 200 compuestos orgánicos volátiles (COVs), separandolos por técnicas de cromatografía gaseosa. Fue la primera vez que se demostró que el aliento humano considerado normal es un gas con una composición compleja.
Algunos factores pueden influir en la composición del aliento humano, como la condición física, diversas patologías, el estado de salud general, la ingesta de alimentos y medicamentos, factores ambientales y estilos de vida.
A lo largo de toda la existencia del planeta tierra, e ineludiblemente unidas con ella, las erupciones volcánicas han liberado millones de toneladas de sustancias químicas a la atmósfera, aparte de la gran variedad de rocas magmáticas originadas a partir de dichas erupciones. Estas sustancias liberadas a la atmósfera, y especialmente cuando se trata de volcanes explosivos, en los que son enviadas directamente a la estratosfera parecen tener una importante influencia en la climatología del planeta, así como en la destrucción de la capa de ozono. En este comentario, vamos a ver qué sustancias provocan los citados efectos y hasta qué punto son éstos significativos. Dióxido de Azufre, SO2
ResponderEliminar-De todas las sustancias que alcanzan la estratosfera en una erupción volcánica, es este compuesto el único que tiene una permanencia larga en la atmósfera, ya que mientras el resto de compuestos descienden rápidamente por acción de la gravedad, el dióxido de azufre se oxida en presencia del oxígeno del aire a trióxido de azufre, SO3. Este nuevo compuesto se combina inmediatamente con el vapor de agua de la atmósfera para dar lugar al ácido sulfúrico, H2SO4. Este compuesto permanece suspendido en la atmósfera por periodos de hasta dos años en forma de gotas microscópicas llamadas aerosoles que tienen la propiedad fundamental de dispersar fuertemente la radiación de luz, de forma que la atmósfera se hace más opaca a la radiación solar. La consecuencia directa de la menor penetración de la radiación en la atmósfera es una disminución media de la temperatura en la zona en la que existen aerosoles de ácido sulfúrico.
En periodos de intensa actividad, esta disminución puede ser de varios grados centígrados, lo que conlleva consecuencias muy importantes en la climatología global de la tierra, incluyendo régimen de precipitaciones, cantidad de hielo en los polos, nivel del agua marina, etc.
Resulta evidente que el efecto de la presencia de los aerosoles de ácido sulfúrico es el contrario y tiende a contrarrestar el calentamiento global provocado por las emisiones de dióxido de carbono(CO2), agua y metano (CH4), que son los llamados gases de efecto invernadero.
De hecho, estudios que he visto de la temperatura media planetaria muestran una posible relación entre la disminución de la temperatura del planeta y una disminución temporal de la actividad volcánica.
Ácidos Fluorhídrico (HF), Clorhídrico (HCl) y Bromhídrico (HBr)
-El papel de estos compuestos se relaciona con la destrucción de la capa de ozono. Son enviados directamente a la estratosfera en erupciones explosivas, y estos compuestos se disocian por acción de la luz para generar radicales F, Cl, Br, que destruyen muy eficazmente la capa de ozono debido a la existencia de ciclos catalíticos de reacción.
Sin embargo, estos compuestos permanecen poco tiempo en la estratosfera, normalmente en zonas donde el ozono se renueva rápidamente, al contrario de lo que ocurre en las regiones polares, donde se forman auténticas "jaulas" de aire debido al régimen planetario de vientos. De esta forma, los compuestos emitidos por los volcanes no provocan disminuciones significativas en la concentración total de ozono en periodos de actividad volcánica normal y, en todo caso, esta disminución se corrige de forma natural en un corto espacio de tiempo.
En definitiva y con esto concluyo el comentario, aunque se ha demostrado en estudios rigurosos que los volcanes producen cambios climáticos en la tierra, parece que nuestro planeta está mucho más preparado para compensar estas perturbaciones que aquellas que nuestras propias emisiones pueden llegar a ocasionar.
A continuación te adjunto un video que habla sobre le tema en cuestión:
http://www.dailymotion.com/video/xq88k4_volcanes-y-co2-la-tierra-primitiva-cambio-climatico_school&start=4
La contaminación radioactiva
ResponderEliminarLa energía nuclear se ha convertido desde su descubrimiento, por causa de su peligrosidad, en una de las mayores preocupaciones para la comunidad internacional y los diferentes grupos defensores del medio ambiente. Aunque la producción de esta energía sea una de las más baratas en la actualidad, mucho más que las energías fósiles, tiene problemas añadidos más que evidentes en el tratamiento de sus desechos, en la contaminación producida por accidentes y en las pruebas realizadas en su aplicación militar. Pero ¿cuáles serían los eventuales riesgos en caso de contaminación radioactiva?, y ¿cuáles sus efectos para el medio ambiente y la humanidad?
Cuando hablamos de contaminación radioactiva, hablamos de sustancias o elementos derivados de la energía nuclear o de radiaciones ionizantes presentes tanto en el aire, como en suelo y el agua; este efecto se produce por el uso de sustancias radioactivas de origen natural o artificial que son perjudiciales para la salud del hombre y de los seres vivos.
La contaminación radioactiva directa para el ser humano es casi imposible, a menos de un accidente o guerra nuclear. En cualquiera de estos dos casos su efecto alcanza la atmósfera, y, desde allí, las partículas radioactivas se esparcen a través del viento hacía el agua y el suelo. Una vez que llega a los acuíferos y al sustrato del suelo, la radiación contamina los cultivos, deteriora ecosistemas y va ocasionando en el hombre y en otras especies animales degeneraciones genéticas y enfermedades incurables, como el cáncer.
Una contaminación “radiactiva indirecta” comienza depositándose en el suelo y en el agua, luego se sitúa en cultivos, pasa a los animales y finalmente al hombre, el eslabón final de la cadena alimenticia.
El radiobiólogo español Eduard Rodríguez-Farré considera que si se produjera la liberación de grandes cantidades de material radioactivo al medio ambiente podrían esparcirse “más de 60 contaminantes, unos de vida larga y otros de corta, que se acumularían en el medio ambiente, por ser parecidos a nuestros elementos biológicos”. Estos desechos contienen nucleoides inestables que se desintegran espontáneamente y emiten radiaciones electromagnéticas que afectan gravemente a corto y a largo plazo. El estroncio, el yodo, el uranio, el radio, el cesio, el plutonio y el cobalto son reconocidos como los contaminantes radioactivos más comunes.
Podríamos decir que las principales fuentes de contaminación nuclear se encuentran en el sector industrial y militar y en menor medida manan de accidentes durante la extracción de materiales radioactivos y su posterior manipulación.
Aplicaciones y fuentes de contaminación nuclear
En lo referido a su aplicación civil, las plantas nucleares productoras de energía, así como otras industrias que aplican esta energía para la producción de bienes de consumo, está bastante regulada, aunque no exenta de accidentes, y sus emisiones residuales a la atmósfera están controladas por los estados, la Agencia Internacional para la Energía Atómica y la Organización Mundial de la Salud. Su principal problema continúa siendo la generación de residuos y su almacenamiento.
El otro campo de aplicación de la energía nuclear está en el ámbito militar. Éste es muy cuestionado por la opinión pública debido a su extrema peligrosidad, ya que las pruebas de bombas atómicas que, durante mucho tiempo fueron efectuadas en altitud, hoy siguen realizándose bajo tierra. Además del peligro que suponen estas pruebas, también están los restos de blindajes de tanques con uranio empobrecido abandonados después de haber sido destruidos o el uso de misiles con uranio empobrecido, lanzados en las últimas guerras de Iraq y la antigua Yugoslavia.
La contaminación nuclear puede ser producida por explosiones atómicas, de desechos radiactivos de hospitales, centros de investigación, laboratorios y centrales nucleares y, ocasionalmente, de los escapes radiactivos.
Las exhibiciones pirotécnicas que iluminan de colores nuestros cielos nocturnos se basan en reacciones de oxidación y reducción donde la pólvora negra actúa de combustible. La adición de estroncio, cobre y otros metales otorga a los fuegos vistosos rojos, azules o amarillos; y el magnesio o el cloro se emplean para acentuar la intensidad.La mezcla se coloca en un tubo de papel o cartón, para que la carga estalle en el aire en el momento preciso. En su máximo apogeo, los ingredientes alcanzan temperaturas de 1.000 a 2.000 ºC.
ResponderEliminarSegún un estudio del CSIC sobre el impacto en la salud de los dispositivos pirotécnicos, las partículas metálicas contenidas en el humo que emiten pueden afectar especialmente a los asmáticos. Tras analizar más de 30 elementos y compuestos químicos en ciertos días del año, la investigadora Teresa Moreno confirmó que en la noche de San Juan y durante las Fallas se disparan los niveles ambientales de plomo, cobre, estroncio, potasio, magnesio, aluminio, titanio, bario, antimonio, óxido nítrico y dióxido de azufre. Las partículas pueden ser inhaladas, por lo que conviene disfrutar del espectáculo a una cierta distancia y vigilando la dirección del viento.
Que la vegetación cumple un rol fundamental en la absorción de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera es algo que los científicos saben de sobra. Sin embargo, hasta el momento, no se había podido definir con precisión cuánto CO2 capturaba al año la cubierta vegetal.
ResponderEliminarAhora, dos estudios internacionales lograron obtener una cifra concreta, identificar las zonas que absorben más y analizar la sensibilidad en los procesos de respiración de la Tierra.
Según un estudio la vegetación del planeta retira de la atmósfera cerca de 123.000 millones de toneladas métricas de CO2 al año.
Tras recoger datos recabados durante más de 10 años en 250 estaciones científicas distribuidas en todo el planeta, los investigadores concluyeron que las selvas tropicales son los ecosistemas que más CO2 absorben (34%), seguidos por las sabanas (26%), que ocupan el doble del territorio.
El segundo estudio se concentra en la respiración de la Tierra. Es decir, en la suma de todos los procesos que liberan CO2 en la atmósfera, como la fotosíntesis o la quema natural de materia orgánica que ocurre en las plantas.
El proyecto se propuso en primera instancia cuantificar la sensibilidad de este proceso de respiración para determinar la influencia del aumento de la temperatura.
"Lo que observamos, y nos resultó muy interesante, es que todos los sistemas del mundo reaccionan de la misma forma", le dijo a BBC Mundo Miguel Mahecha, autor principal de este estudio.
"Pensábamos que, por ejemplo, los ecosistemas del norte, como Siberia, iban a reaccionar de forma mucho más sensible a los cambios de temperatura que los sistemas tropicales, que están adaptados a temperaturas muy altas. Pero no es así", explicó Mahecha. La conclusión fue que cuanto más se calienta el planeta, los ecosistemas emiten más CO2, lo cual a su vez, hace que aumente aún más la temperatura de la Tierra.
"Lo que sucede es que se acelera el proceso de calentamiento global, aunque un poco menos de lo que la literatura científica estimaba", señaló el investigador.
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La Amazonía es la región que más CO2 absorbe.
Otra de las conclusiones del estudio es que uno de los factores cruciales que afecta la respiración de los ecosistemas es la disponibilidad de agua, sobre todo, "la distribución espacial de las lluvias influye mucho en la capacidad de absorción".
Mahecha resalta que lo más importante de ambos estudios es que ésta es la primera vez que se ha logrado obtener resultados en cuanto a la respiración de la Tierra y a la cantidad de CO2 que absorbe la vegetación mediante observaciones empíricas.
"Estas cifras están basadas en datos reales y, por lo tanto, servirán para mejorar los modelos (que permiten hacer estimaciones sobre el cambio climático", señala Mahecha.
Esto fue posible gracias a una iniciativa internacional lanzada diez años atrás y conocida como FLUXNET, en la que diversos investigadores de todo el mundo recopilan y comparten información sobre el intercambio de CO2 entre los ecosistemas y la atmósfera.