lunes, 24 de enero de 2011

2011. AÑO INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES

Aportación de la colaboradora Cristina Harto:
 El 20 de diciembre de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se declaraba 2011 Año Internacional de los Bosques. Esta celebración resultará útil para tomar mayor conciencia de que los bosques son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta debido a los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. Con este fin, se promoverá la acción internacionaL a favor de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo de todo tipo de bosques, incluidos los árboles fuera de ellos. 
Entre las actividades conmemorativas del Año Internacional de los Bosques figura el intercambio de conocimientos sobre estrategias prácticas que favorezcan la ordenación forestal sostenible y el retroceso de la deforestación y la degradación de los bosques. Con objeto de facilitar la organización de estas actividades, se alienta a los gobiernos a que establezcan comités nacionales y centros de coordinación en sus países y a que aúnen sus esfuerzos a los de las organizaciones. Es la segunda vez que se asigna a los bosques su propio «año internacional». La primera fue en 1985, cuando la FAO pidió a todos los Estados Miembros que concedieran un reconocimiento a los bosques durante el año para centrar la atención mundial en la necesidad de conservar y proteger los bosques; despertar la conciencia política y pública en lo relativo a los recursos forestales; identificar los factores que amenazan a estos recursos forestales; y movilizar a la población, para que participasen en actividades orientadas hacia la protección de los bosques. 
La FAO estima que cada año, mas de 130.000 km² de bosques se pierden por la deforestación. La conversión a tierras agrícolas, la recolección insostenible de madera, las prácticas de la gestión inadecuada de la tierra, y la creación de los asentamientos humanos son las razones más comunes para la pérdida de zonas boscosas. Según el Banco Mundial, la deforestación representa hasta un 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global y, con ello, al cambio climático.


Los bosques constituyen el hábitat de alrededor de dos tercios de todas las especies sobre la tierra y la deforestación de bosques tropicales produce la pérdida de biodiversidad de hasta 100 especies por día. 
Estos links corresponden a unos videos espectaculares sobre los distintos tipos de bosques que existen en el Planeta Tierra. Muestran desde los bosques de hoja perenne del helado norte, hasta los caducifolios de la zona ecuatorial, los bosques estacionales son las regiones arboladas más grandes de la Tierra. 

http://www.youtube.com/watch?v=1E8TiUzORY0&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=idhNh6-rmKI&feature=fvw
http://www.youtube.com/watch?v=DFvxJGS71wg&feature=fvw
http://www.youtube.com/watch?v=SIPutXZcG2k&feature=fvw

2 comentarios:

  1. El haber leído la entrada de Cristina (los documentales los reservaré para cuando terminen las evaluaciones...), vuelve a recordarme el grandísimo papel que el bosque en su conjunto realiza en nuestro planeta.

    Como se indica en la entrada, los bosques, no sólo posibilitan a una gran variedad de especies la vida, sino que constituyen además una de las más importantes, por no decir la más importante fuente de oxígeno del planeta.

    Además, se posicionan como una de las entidades más relevantes en cuanto a sumideros de CO2 se refiere, así como a reguladores de los procesos climáticos que tienen lugar en nuestro planeta.

    Constituyen además una gran fuente de recursos (como la madera, cuya explotación ha de ser, ante todo, sostenible), así como un espacio recreativo en que podemos ponernos, gratuitamente, en contacto con la naturaleza.

    Tal es su importancia que, muchas políticas que intentan frenar el cambio climático, posicionan el preservar los bosques como una de las tareas "top" requeridas.

    De esta manera, me alegro de que se les dedique una atención especial en este año que ha comenzado.

    Dejo a continuación algunas páginas interesantes sobre la importancia de los bosques, en ámbitos tan relevantes como el frenar el cambio climático;

    http://xavianet.wordpress.com/2007/07/19/la-importancia-de-los-bosques-en-el-cambio-climatico/

    http://www.fbycc.org/Documentos.aspx

    Laura

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  2. La Amazonía Colombiana

    A partir de 1991 el cultivo de coca se ha convertido en una de las principales causas de deforestación debido a la demanda externa de cocaína y la contracción de las áreas dedicadas al cultivo de la coca en otros países (en particular Perú). La superficie cocalera colombiana pasó de 37.500 hás a principios de 1991 a más de 100.000 hás. en 1999. De las 120.000 hectáreas existentes en el país actualmente se calcula que el 90% se encuentra en la Amazonía, concentradas básicamente en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare.
    La política de intentar erradicar los cultivos de coca, medida propuesta en el Plan Colombia (un plan casi secreto, dado a conocer a fines de 1998, con apoyo financiero de EUA y que ignora los graves problemas económicos y sociales de la población), no solamente es violatoria de todos y cada uno de los acuerdos internacionales firmados por el gobierno, sino que sólo promoverá mayor deforestación. Mediante la pulverización aérea de herbicidas que tienen efectos muy negativos sobre los cultivos de subsistencia de la población y los bosques circundantes, que resultan tóxicos para los seres humanos y contaminan el agua, lejos de solucionar el problema se ha inducido a los cultivadores a buscar lugares más inaccesibles para desarrollar su actividad. Entre 1994 y 1999 se fumigaron 240.000 hectáreas de coca y amapola (a razón de 30.000 hás por año), con más de dos millones de litros de glifosato. Sin embargo, el área de cultivo se ha casi triplicado y la problemática asociada a esta actividad se ha ampliado a nuevas áreas en la Amazonía. Entre 1996 y 1998 las fumigaciones intensivas en el Guaviare derivaron en la expansión de cultivos hacia el Putumayo, con un crecimiento del 330% en el mismo período.
    El control biológico con el hongo Fusarium oxysporum, otra de las medidas propuestas en el Plan Colombia para la erradicación de cultivos de coca de pequeños y medianos productores, además de agravar el proceso de deforestación cierne un gran peligro sobre la Amazonía. El hongo Fusarium que se piensa fumigar con el glifosato, no podrá ser controlado en el ambiente natural como si estuviera en condiciones asépticas en un laboratorio. El hongo es además mutante, dispersándose de un lugar a otro, adopta formas y tamaños necesarios para su desplazamiento y expansión. Una investigación técnica recientemente realizada por el Colegio de Agrónomos de Ecuador, indica que el hongo es un arma química de acción mortal que ataca la flora microbiana del suelo volviéndolo improductivo, ataca a la fauna benéfica, la vida acuática y a través de esto a los humanos. Por su alta peligrosidad es considerado arma de guerra en el Protocolo de armas químicas y tóxicas, por lo que su uso además de ser inconstitucional atenta contra el Convenio de Biodiversidad.
    En estas condiciones, el millón de personas que ocupan la región Amazónica se ve enfrentada a un permanente proceso de desarticulación social, de violencia, contaminación ambiental, degradación productiva de la tierra y nuevos desplazamientos forzosos que incrementarán los procesos de deforestación, perjudicando principalmente a los 58 pueblos indígenas que habitan la Amazonía colombiana.
    No ha sido menor la eliminación de extensas áreas de selva amazónica por la promoción realizada por parte del gobierno de los grandes monocultivos de maíz, banano y café realizada a partir de la década de los 70 y más recientemente las plantaciones forestales con fines comerciales de pino, eucalipto y de palma aceitera.
    Es de notar que hasta el momento la inaccesibilidad de la Amazonía colombiana resultante de la inexistencia de carreteras ha servido para preservarla de los procesos de deforestación ocurridos en otras áreas. Sin embargo, existe la potencialidad de aumentar el número de carreteras, especialmente en Caquetá a partir de Florencia y en la zona del Guaviare, donde ya se ha construido el tramo San José-Calamar.

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