martes, 22 de febrero de 2011

TORMENTAS SOLARES

Aportación de Anna Lena Nystrom de 4º ESO:
 Una tormenta solar es un evento espacial que se da cuando la actividad del Sol interfiere con el campo magnético de la Tierra (y otros planetas). El Sol, como todas las estrellas del universo, es una estrella que genera energía a través de fusión nuclear entre los elementos que la componen, pudiendo ser tanta que escapa la superficie solar.
Cuando esto pasa, el Sol expele llamas de plasma y masa que viajan por el espacio y que nosotros llamamos “viento solar”, una ráfaga de partículas cargadas eléctricamente que pueden toparse con el campo magnético de la Tierra en horas, si es que el viento solar viaja hacia esta dirección.
La colisión entre estas partículas solares y nuestro campo magnético terrestre tiene pocos fenómenos visibles para nosotros, siendo uno de ellos las auroras boreales
El peligro de las tormentas solares, sin embargo, se reduce a su habilidad de desbaratar los sistemas eléctricos terrestres, y no por algún tipo de impacto en la vida o clima terrestre. Durante millones de años, los vientos solares azotaron el Sistema Solar, así como las tormentas eléctricas y los huracanes que se desatan en la Tierra.
La diferencia con otros períodos en la larga historia de la Tierra, es que cada vez los países más desarrollados dependen más de su tecnología y su red de comunicaciones basada en satélites ubicados en zonas donde la Tierra no puede protegerlos. longarse durante días bajo las condiciones adecuadas.
Si bien los efectos de una tormenta solar no son tan catastróficos como algunos alarmistas con falta de conocimientos quisieran hacer parecer, es cierto que la dependencia de los países desarrollados en la tecnología podría hacer colapsar a un país entero durante días.



El resto de los vídeos:
http://www.youtube.com/watch?v=cAKuEIVs0RM&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=P516UcZHaFI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=HhwfUUSwcrY&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=6G1_xoqV4ZI&feature=related



2 comentarios:

  1. ¿Podría una tormenta solar deshabilitar todos nuestros dispositivos electrónicos?

    Cuando hablamos de lo que podría ocurrir en este año, coronado como el "año del apocalipsis", hablamos de zombies, epidemias, guerras mundiales, desastres naturales, vampiros y mucho más. Sin embargo hay una catástrofe que puede estar mucho más cerca de lo que pensamos, hablamos de las tormentas solares y su efecto en los dispositivos electrónicos de la tierra.
    El Sol
    Como ya sabrán existen muchas cosas que el hombre aún no entiende sobre el Sol, pero dentro de las cosas que la humanidad ha logrado comprender se encuentran algunos hechos físicos sobre él que podrían ayudarnos a entender cómo se comporta.
    El Sol no es solamente una fuente de luz y de calor, sino que también está compuesto por un campo magnético que afecta todo lo que lo rodea.
    Tormentas solares
    Nuestra estrella más cercana goza de un cuerpo inestable y como ya habrán podido ver en anteriores ocasiones suele contar con tormentas solares. Estas tormentas solares no solo traen consigo oleadas de calor sino que también lanzan desde el sol ondas electromagnéticas de gran poder.
    Estas tormentas solares que vemos cada cierto tiempo no tienen el suficiente poder como para deshabilitar los dispositivos electrónicos de la tierra, ya que las capaz que recubren la tierra suelen absorber mucha de esta radiación emitida.
    CME
    Sin embargo otro tipo de eventos solares llamados coronal mass ejection (CME) si tiene el poder suficiente como para hacer cierto daño a los dispositivos de la tierra y los que orbitan sobre la misma.
    Generalmente un CME está acompañado de una tormenta solar, sin embargo no todas las tormentas solares están acompañadas de CMEs ni viceversa.
    A diferencia de una tormenta solar un CME no produce una gran intensidad lumínica pero sí produce una onda magnética que se extiende millones de kilómetros hacia fuera del Sol. El tema central no es si se produce un CME en el Sol, el problema es si este CME viaja en dirección a la tierra.
    Campos magnéticos
    Si un campo magnético de grandes dimensiones atravesara la tierra podría sobrecargar las líneas eléctricas de los sistemas de distribución eléctrica de los países dejando todo a oscuras.
    Ya existen registros sobre un CME en la antigüedad, más precisamente en 1859, pero como podrán imaginarse la diferencia tecnológica con el mundo de hoy en día hizo que el evento pasara casi desapercibido, solamente afectando algunas líneas de telégrafo.
    Sin embargo si un CME de gran poder atravesara la tierra en estos días crearía un pánico de niveles bíblicos. En la mayoría de los países del mundo los suministradores de energía eléctrica trabajan a tope, esto significa que una pequeña sobrecarga ya podría dejar sin electricidad a millones de personas.

    Por otro lado sería difícil que nuestros dispositivos más pequeños como notebooks o móviles se destruyeran en esta oleada, sin embargo careciendo de sus funciones principales otorgadas por los sistemas de servicios quedarían casi sin usos y a merced de la batería de los mismos.
    Seguramente se tardaría meses en solucionar los problemas creados por un CME de estas magnitudes. De todas maneras tendría que haber un verdadero evento en el Sol (uno nunca antes registrado) para que toda la tierra se viera afectada de la misma manera.
    Si hablamos en términos posibles diríamos que si algo así ocurriera sería una región del planeta la que se vería afectada y no todo el cuerpo en sí.

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  2. Esta historia comienza en febrero de 2010, en las instalaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) en Boulder, Colorado. En esa fecha, la NASA y la Comisión Europea llevaron a cabo un simulacro de tormenta solar extrema para averiguar hasta qué punto ambos continentes estaban (o no) preparados para resistir a este violento fenómeno meteorológico espacial.
    Los resultados fueron desesperanzadores. En efecto, se determinó que apenas cinco días después de detectarse la supuesta llamarada solar, extensas zonas de Europa y EE.UU sufrirían, sin remedio, un «apagón tecnológico» casi completo. Lo cual, en palabras llanas, suponía el fallo generalizado de las redes de telecomunicaciones y de las centrales energéticas. Y, por consiguiente, del suministro eléctrico en hogares e industria, lo que llevaría a su vez al colapso de los transportes (terrestres, aéreos y marítimos), de las redes de abastecimiento de las grandes ciudades (alimentos, combustible, medicinas...), e incluso del suminstro de agua en las grandes zonas urbanas. Una situación, para colmo, que podría llegar a durar dos largos años.
    Pero lo peor de todo fue la constatación de que en ninguna de las dos orillas del Atlántico se habían destinado medios y recursos suficientes para hacer frente a este escenario potencialmente catastrófico.
    El resultado del simulacro fue la elaboración de una larga lista de recomendaciones a los gobiernos. Desde la creación de protocolos de desconexión rápida de centrales eléctricas y redes de telecomunicaciones (para apagarlas antes de que llegara la tormenta) a campañas informativas de carácter masivo para la población, enumerando toda una serie de «medidas domésticas de urgencia» que cada familia debería de poner en práctica en caso de producirse la tan temida tormenta solar.
    Hoy, dos años y medio después, un buen puñado de países han decidido tomar cartas en el asunto. Otros, sin embargo, como es el caso de España, que ni siquiera participó en el simulacro, han hecho oidos sordos y han aparcado el informe en el fondo de un cajón. Así, mientras que en EE.UU, Reino Unido, Portugal, Alemania, Holanda o Francia (por citar sólo algunos) se creaban comisiones parlamentarias de investigación y oficinas de atención al ciudadano especializadas, nuestro país decidió no hacer nada y mantenerse al margen de los esfuerzos internacionales.
    En enero de este mismo año, Barak Obama elevaba a rango de «amenaza nacional» a las tormentas solares al incluirlas en su ya famosa Directiva Nacional 8, que enumera uno por uno los 23 principales riesgos (tanto naturales como humanos) que podrían llevar a Estados Unidos a una situación de «catástrofe nacional». La decisión, por supuesto, no se improvisó de un día para otro, sino que fue consecuencia de un informe del Departamento de Seguridad Nacional, que evaluó con detalle y durante meses cada uno de los riesgos potenciales antes de incluirlos en la lista final. La administración norteamericana, además, ha creado todo un nuevo sistema de Protección Civil, especialmente preparado para hacer frente a cualquiera de las posibles amenazas. Incluyendo una tormenta solar de grandes proporciones.

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